Page 54 - Psicoesfera_Regular8_40
P. 54
Alcanzaba la masa crítica. Pronto ya no po-
dría contenerla. La libertad aguardaba tras
la destrucción. Arrasar con fuego la existen-
Relatos Cortos
cia hasta reducirla a cenizas que serían lle-
vadas por el viento. Era el fin.
Salvarlas a todas.
La explosión concentró tal cantidad de ener-
gía que los cuerpos cercanos fueron desin-
tegrados a nivel molecular. El área de ani-
quilación incluyó todo en un radio de 24
kms, recorridos a la velocidad de la luz,
absorbiendo rayos X, Gamma y radiaciones
ultravioleta. Un destello más brillante que
el sol eliminó a millones de personas en un
parpadeo. La cresta luminosa de una impre-
sionante ave mitológica, un espectáculo de
luces aspiradas por la nariz de la bestia más
horrenda, sumió el día en la noche.
El aire se tornó incandescente varios mi-
les de grados centígrados. La columna de
luz, visible desde el espacio, la demostra-
Revista PsicoEsfera
ción sensible de lo rápido que los electrones
de la pila podían acelerar. El mar de Japón
54
comenzó a hervir, sufriendo un incremento
en su temperatura que aniquiló a todas las
criaturas que allí moraban. Una fuerza in-
conmensurable, magnífica y pavorosa, so-
brevoló la Tierra sin control. De inmediato,
la rapaz abatió su vuelo en forma de onda
de choque. Casi doscientos kilómetros fue-
ron asolados por la explosión nuclear, cau-
sando quemaduras y la muerte a miles de
millones de personas, bien por exposición o
por su posterior envenenamiento. La ciudad
de Tokio fue asolada por la explosión pero
también las ciudades de Yokohama o Mito.
Edificios, calles, vehículos, humanos, desin-
tegrados por completo. La lluvia radiactiva
se encargó del resto. Exterminio.