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Aún hoy, cientos de años después de la ex-
plosión, la zona afectada continúa con el
paso prohibido. Pocos son los que han visto
el epicentro, el lugar donde se alzaba el pa-
lacio de los Ogami. Allí solo queda un cráter
formado por la tremenda explosión, como
mudo y vacío testigo de los hechos que cam-
biaron el curso de la historia. Observador ci-
clópeo de la deriva de la humanidad, de los
cientos de miles que murieron para salvar
a otros. Si bien toda la tecnología cyborg
desarrollada por KoikoGam fue destruida, la
investigación continuó.
La desolación de Japón sirvió como válvu-
la de escape para remover las consciencias
de todo el planeta, iniciando una nueva eta-
pa histórica, un cambio de paradigma en el
pensamiento humano. Mientras la mayoría
condena y odia la figura del primer cyborg,
otros prefieren contemplar su ejemplo con
benevolencia, como prueba de la insurrec- Revista PsicoEsfera
ción necesaria de los oprimidos de cualquier
época. Incluso algunos fanáticos rastrean
la historia buscando puntos controvertidos.
Intentando dar sentido a lo desconocido. 55
Deseando una vuelta más en la noria. Una
explicación que les libere.
